Viejos caminos con nuevos ojos
Como se hacía en otros tiempos, vuelven a observar el campo, a sentir lo que ocurre entre las cepas, a respetar el equilibrio vital que impregnaba los racimos de los aromas del entorno y llenaba los vinos del sabor a esta tierra. Trabajan sus viñedos respetando las prácticas de la agricultura ecológica, y quieren ir aún más allá. Porque están convencidos de que la tierra devuelve lo que le damos, eliminan el uso de herbicidas, pesticidas y fertilizantes químicos, y limitan las intervenciones mecánicas sobre el suelo. Cuidan la vida de las viñas, de sus vinos, y del mundo que heredarán sus hijos.
