Grupo Rioja coordina un grupo operativo que se propone desarrollar el proyecto de I+D “Adaptación de modelos de predicción de enfermedades en el cultivo del viñedo en la DOC Rioja para una aplicación sostenible de tratamientos fitosanitarios”.
Por primera vez, los fondos que destinan la Consejería de Agricultura del Gobierno de La Rioja, el Ministerio de Agricultura y FEADER financian el trabajo de estudio y el planteamiento de posibles proyectos, en este caso, con una dotación de 30.000€.
También por primera vez, a las bodegas asociadas Ramón Bilbao y Bodegas del Medievo se han sumado la Asociación de Cooperativas FECOAR y las cooperativas Bodegas Aradón y Bodegas Patrocinio. Todos ellos trabajarán con el Instituto de las Ciencias de la Vid y el Vino, la empresa Encore Lab y el Servicio de Información Agroclimática de La Rioja.
El grupo operativo colaborará durante 6 meses para obtener la aprobación de un proyecto que permita a los viticultores practicar una agricultura más sostenible y rentable al reducir la aplicación de productos fitosanitarios.
En esta primera fase de formación del grupo se va a realizar, entre otras cosas, una revisión bibliográfica de los modelos de oídio para, a partir de ella, seleccionar aquellos que a priori están más adaptados a las condiciones locales. Posteriormente se realizará una validación de estos modelos comprobándose su funcionamiento.
El objetivo es utilizar esta información para disminuir la aplicación de tratamientos con respecto al calendario fijo que se practica de forma habitual para proteger al cultivo.
En concreto se propone trazar la caracterización climática de La Rioja Alta, con influencia atlántica, y La Rioja Baja, con influencia mediterránea, mediante el estudio de factores agroclimáticos y el estado sanitario, para validar un modelo predictivo del riesgo de oídio.
Para el desarrollo del proyecto se implementarán distintas técnicas de agricultura de precisión como los sistemas de información geográfica (SIG) y la tecnología CESENS y un nuevo sistema de monitorización con sensores de campo integrados en estaciones agroclimáticas propias.
El proyecto se alinea con las directivas del Parlamento y el Consejo europeo que establecen el marco de actuación comunitaria para conseguir un uso sostenible de los plaguicidas.